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LG 59 E E EY 63 3 84 CAPÍTULO Jercer eslabón de la segunda huida OS funerales del Coronel Martínez, celebrados el día 24, se vieron concurridísimos, sobre todo por el elemento == militar. El Capitán General envió á su primer ayudan- te en su nombre como la había dicho ya á Elisa. Martínez mismo representó el duelo; y después al recibir el pé- same en la misma iglesia, de toda la oficialidad asistente, se le acercó el ayudante y puso un pliego cerrado en sus manos. Lo que menos podía él pensar qué era aquello. Se lo guardó; y ya solo en su casa, lo abrió pensando sería una particular aten- ción de pésame del Capitán General, pues el sobre tenía el sello de la Capitanía. ¡Cuál fué su sorpresa al enterarse de su contenido! Inmediata- mente envió al sargento Mangado á la Agencia de la Compañía Trasatlántica para no quedar sin pasaje. La orden del Capitán General decía: «Con licencia temporal de tres meses irá V. á su pueblo para consuelo de su atribulada familia, debiendo aprovechar el primer correo que sale el día 26 del corriente, é incorporarse á su Regi- miento el 31 de octubre. Habana, 24 de julio de 1846. El Capitán General que le acompaña en el sentimiento». Y más atención que todo era escrito de puño y letra del Capi- tán General. Martínez quedó anonadado. Hubiera querido realmente una licen-

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