BCCPAM000521-3-32000000000000

PP Novela histórica 375 giendo poco á poco y por el más largo trayecto al escritorio de su padre. —Papá,—dijo Clarita en presencia de éste—yo no sé” lo que pasa Entiéndete tú con nuestros buenos amigos los señores Biren. Elisa está aquí como en su propia casa. Yo no quiero ni nece- sito saber más. Está en cama y me retiro á cuidarla. Emma, al oir que su hija estaba en cama, quiso seguirla; pero Clarita con todo valor se le opuso, diciendo que Elisa estaba bajo su cuidado, y que sin conocimiento y consentimiento de ella no per- mitiría entrar á nadie. Además que por ahora no juzgaba conve- niente molestarla pidiéndola tal permiso. —Vamos, vamos, mi amigo Biren, cosas de familia ¿Eb? Pues bien, deben quedar entre vosotros. Si Elisa como dice mi hija está en casa, haced cuenta que no ha salido de la vuestra; y con un poco de calma y reflexión se arreglan mejor las cosas. —-Mi amigo Tello, ya que Elisa está aquí, te debo por lo menos una satisfacción, que..... -No quiero ni una explicación. Sólo quiero que te calmes; y si después juzgas que en algo puedo servirte, ya sabes que como siempre y en todo me tienes á tu disposición. —Gracias, Tello. Por ahora, pues sólo te pido que nadie sepa cómo ha llegado Elisa ni que permanece aquí. —Corre de mi cuenta. Los padres de Elisa reiterándole las gracias se retiraron á su casa. Biren se convenció que nada bueno podía sacar de sus arre- batos, y guardando por entonces todo su deseo de venganza, se encerró solo en su escritorio particular para trazar sobre papel y estudiar sus proyectos. Una idea súbita vino á poner en calma el mar de su corazón agitado por el oleaje de sus mal reprimidas pa- siones, de amor propio, de ira, de odio. Escribió dos cartas, las rompió luego en dos pedazos, salió 4 conferenciar cinco minutos con su señora, volvió á tomar la pluma, escribió otra vez poniendo en los sobres «urgente» la una era par- te telegráfico y lo envió al correo dirigido á su sobrino con solas estas tres palabras: «ven, aquí hablaremos» y la otra fué llevada inmediatamente á Elisa por su mamá en persona. Clarita, al avisar á su amiga que su mamá traía una carta urgente de su padre, vió que Elisa temblaba como azogada y no sabía ni podía contestar.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz