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Si Novela histórica 349 El asistente quedó en casa espantado de las facciones tan des- encajadas y ojos tan extraviados que llevaba su amo. Es terrible el silencio impuesto—se dijo—nada puedo comunicar, y no sería extraño que el coche volviese luego con un suicidado. Dos horas hacía que descansaba la Comunidad á que pertene- cia Sor Leona. El General había resuelto por fin obedecer á la logia, llevar la forma maldita para la horrible profanación que se le exigiese, y sujetarse á todo lo merecido por su primera desobe- diencia, por su consentimiento en el ingreso de Orlando en el ca- tolicismo, por el matrimonio católico con ofensa del rito protes- tante y escándalo inaudito ante las clases principales de Berlín, por todo lo que quisieran imputarle. El sabía que no resistiría ya la penitencia, siquiera fuese más suave que la primera, lo que no era de esperar, pero quería á lo menos no morir deshonrado; y aunque quedase muerto en la logia, ya los suyos le considerarían como obra suya. Era necesario, por tanto, prevenir antes algunas cosas de inte- reses; y ya que no estaba Orlando ni había posibilidad de hacerle retroceder tan pronto como el caso requería, hablaría con su hija, la enteraría de un modo velado, y después ella se encargaría de relatar á su hermano. Allí fué pues el General. —Madre... estoy espantada de lo que he visto —decía la porte- ra á la Superiora.—El General que acompañó á las Hermanas fran- cesas es el que llama á hora tan intempestiva. —¿Pero está cierta Hermana? -Si, Madre. No sólo me lo ha dicho antes de abrirle, sino que le he conocido en la voz, y ya está en el recibidor, pero me dá miedo cómo está. No sé qué tiene en su semblante. —¿Qué dice? Yo iré. —Dice que se hace cargo de la hora, y que quiere sólo hablar unos momentos á Sor Leona. —Avísela, y avise también á Sor Francisca que la acompañe. Las dos se presentaron, y después de un breve saludo, Sor Fran- cisca de Sales se vetiró á bastante distancia en el mismo recibidor, pero quedando siempre á la vista. | Las dos Religiosas, al bajar, creían sería aquello un exceso de atención para comunicarles la boda realizada que ellas ya sabían se efectuaba aquel mismo día,
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