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302 Equivocación... Tratamos de levantarlo y sostenerlo y que viva, y toda buena iniciativa nuestra le duele cual si hiciésemos de él astillas. ¿Puede apetecer mayor libertad de la que tiene aquí, pues ni el respeto humano le coarta ni molesta? ¿Se trata de confesar cosa que 5. E. R, no sepa? ¿Le queda más que un pequé... como á Da» y venga después lo que venga? —Sí, ¿y en llegando á Berlín y teniendo que estar allí? —En llegando á Berlín, sabes ya lo que has de hacer, y que de él debes salir. —Déjame, hijo mío, déjame. —¡Ah, papá! Mira que la gracia pasa haciendo bien, pero pasa, si tú no la detienes. Y de la gracia que ha pasado por tí, no vaya á resultar sólo que te ha avisado. Siempre puede Dios hacer un milagro. —Y siempre puede el hombre, abusando de su libertad, frustrar ciento. El General sabía bien que sólo en el campo de batalla podría vencer á Orlando; en todo lo demás y en todos los sentidos, la vic» toria era de su hijo. No tenía, pues, más remedio que entregarse ó retirarse, y se retiró cambiando la conversación. Después habló á solas con el Cardenal respecto á Sor Leona y su viaje á Berlín. Si habló de otras cosas más en varios días, él se lo sabe. A Orlando nada dijo el Cardenal, por lo cual quedó siem- pre con la más amarga incertidumbre. Consultada la Religiosa si estaba contenta, si quería cambiar de estado en cumpliendo el tiempo de su último compromiso, contes- tó que estaba muy contenta, y que de ningún modo cambiaría la obediencia por el señorio, la pobreza por la herencia, ni la toca por otro estado. Habían convenido trasladarla cuatro ó seis meses á Berlín, y todo el tiempo que ella se encontrase bien; quedando siempre en libertad de acudir al Cardenal para cuanto le pudiera convenir. Sor Leona manifestó deseos de viajar en reservado con una Her- mana compañera, sin dejar los hábitos, y vivir siempre con la Co- munidad en el Hospital ó Colegio que se le destinase, donde su padre y hermano podían visitarla siempre que quisiesen. Resolvieron-que desde la noche de llegada debían pasar unos días juntas en casa las dos Religiosas antes de ir á la Comunidad.

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