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Novela histórica 295 —¡Oh! no tanto. —Estoy en íntimas relaciones con el Excmo. Sr. Cardenal de N... y por medio de él... —Perfectamente. El basta. Es nuestro Padre y nuestro más de- cidido Protector. A S. E. R. puede exponer sus deseos, que él se entenderá con nuestra Rvda. M. Superiora General, y así Mr. no tiene más que avenirse á las condiciones que le prescribirá si se lo concede. —Asi, pues, ¿de esto no tenemos más que hablar? —Nada más; pues es cosa en absoluto independiente de mí. Inmediatamente Orlando escribió al Cardenal. ¿Qué más podía apetecer sino que este grave asunto dependiese de tal Prelado? Le anunció la ida con su papá dentro de cuatro días, y le roga- ba al mismo tiempo obtuviese de la Superiora General para dentro de diez días el traslado de Sor Leona al hospital de N... Que á su llegada trataría personalmente con $, E. R., la posibilidad y más decoroso modo, con hábito ó sin él, de llevarla á una Comunidad de la misma Orden en Berlín. El Prelado Eminentisimo, que sabía ya muy bien el lazo de fa- milia, le contestó por telegrama en estos términos: —Estoy á su disposición, y les espero con los brazos abiertos. Después de los funerales, Orlando encargó á la Superiora asis- tir esmeradamente al papá de la finada, pues creía él que muy pronto sería puesto al cuidado inmediato y único de las Hermanas, corriendo él con todos los gastos. Y que si acaso no sucedía esto en todo lo que restaba del mes, se lo avisase á Berlín. No lo extra- ñe, M. Superiora,—le decía al ver su cara de duda, —he prometi- do fianza cuanta pidan por esa mezquina libertad, ya que ahora no pueda ser mayor, y espero que si no antes de marcharnos, pron- to me avisarán á Berlin. De allí de todos modos haré cuanto pue- da. V. sabe lo que debo á su nieta. La Superiora no sabía nada íntimo, pero no tenía sino motivos de admirar aquel cumplido caballero en todas sus cosas, según ya desde N... se lo había escrito alguna vez la Superiora. Padre y hermano despidiéronse de Sor Leona, asegurándola que dentro de seis días la esperarían en la estación de N..... para acompañarla al hospital. Y justos, á los seis días, acompañada de otra Hermana, salía de

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