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CAPÍTULO 11 Una mamá que no es madre = RTINA ordenaba al asistente que retirase la taza del (1) caldo y preguntase al Doctor Behring cómo estaba GB) su hija. —Señora, el Doctor acaba de salir de la Capitanía. Pero sé que la señorita duerme. ¿V. se ha enterado bien?—Lo ha dicho la señora enfermera que la asiste. —Diga V. á la enfermera que la llamo, y V. la guiará á mis habitaciones. Servidora de V, E.—dijo la Religiosa desde la mámpara.— ¡Oh! ¡perdón! ignoraba que la señora estuviese en cama. —Esto es nada. Emociones, fatiga, cansancio del viaje. ¡Decís que duerme mi hija?. —Hace media hora. —Pero esto es imposible... —¡Perdón, señora! —¿Qué es lo que ha pasado? —Pues como dice su señoría, acaso fatiga... y cansancio del viaje. —Digo que imposible. Tres días que las emociones ahuyentan el sueño de sus ojos. ¿Quién ha estado en su dormitorio, y con qué motivo? —Desde que salió la señora—contestó la Religiosa inclinándole la cabeza—sólo ha estado el Doctor. La señorita oía llorar en el 2

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