BCCPAM000521-3-32000000000000

— Ea? ¿CAY (EA EA EY MEE EY o A IA CAPÍTULO XVII La verdad, como el amor, no se impone, se inspira fÍOMINGO de Cuaresma. Orlando había cumplido ya muy de mañana sus deberes de católico. Todavía antes de 3 volver á casa pudo hablar con el Cura Rector de la Parroquia católica sobre algún asunto que le interesaba personal- mente. Para las nueve había desayunado. Visitó 4 Raquel, devol- vió á la Duquesa todo el paquete, lo leído y sin leer, y á la hora señalada se había reunido con la familia. Las doce menos cuarto. Dos magníficos landós salen del Palacio Bamberg en dirección al Palacio Real. Martina y David ocupaban el primero; el Gene- ral y su hijo el segundo. Ya con tiempo habían excusado la asis- tencia de Raquel por una ligera indisposición. Toda la real fami- lia sintió vivamente la indisposición y ausencia de la hermosa Ra- quel. Asistieron al privado convite el Príncipe heredero, Federico y su real esposa, hija de la Reina Victoria de Inglaterra, las grandes Duquesas de Badén con sus damas de honor, y fué invita- do también Bismarck como íntimo de la familia Bamberg -Klops- toch. A las doce en punto entraba en el comedor Guillermo, el Rey poderosisimo del mundo desde su reciente triunfo en Austria, y más ruidoso aún y más reciente en Francia. Todos le besaron la mano, empezando por la familia Real. Cuando concluyó el besamanos,S. M. llamó á Orlando y le abra- ZÓ. Este se sintió enternecido y confuso al verse objeto de tanta honrosa demostración. Y más cuando el Soberano le dijo: Abrazo We E ' 11

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz