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> 4 A A A A e e A 244 Equivocación... —Haberlo hecho antes. Ahora no puede ser; no puede ser. Es otro terrible juramento y en ello nos va la vida. —¿A los dos? —No. Aunque acaso á los tres. —Pues entonces, la tuya, ¿y la de quien? —No me obligues á revelar más. —Lo que no explicas lo infiero. La tuya y la de papá Bamberg por entregarme á Raquel, en virtud de los mismos juramentos quebrantados. Esto es irritante. Pero en fin, no tendría inconve- niente en ceder, Cierto que me casaría con Raquel con preferencia á todas las mujeres del mundo; y esto no obstante, dejaría de ca- sarme por conservarte la vida. Pero entiéndelo bien, papá, sólo por conservar tu vida. Mas eso de que haya de ser por temor, res- peto ó veneración á esa para tí tan temida como para mí despre- ciada logia, me irrita á mí hasta el punto de preferir afrontar to- das sus iras casándome con ella, Y cuenta papá, que esto está siempre en mi mano, y lo haré. Me irrita sobre manera el despo- tismo sultánico de la masonería que así brinda fraternidad y pro- tección á sus incautos ó perversos adeptos, y éstos con el tiempo sólo encuentran, hoy uno y mañana otro, grillos para sus pies, es- posas para sus manos, argollas para su cuello, puñales para su pecho, pistolas para su corazón y siempre amenazando sobre la cabeza la consabida espada suspendida de un hilo. ¿Y esa tenebrosa asociación, oculta como con razón avergon- zada, tiene atrevimiento para llamar á mi Santa Madre Iglesia Ca- tólica, Apostólica, Romana, la esclavizadora de los cuerpos, la tirana de las almas, la perturbadora de la paz en el seno y san- tuario de las familias? ¿Acaso no se insinúa como el aceite para suavizar, curar, conservar y alumbrar con la luz de su doctrina, con el preservativo de sus preceptos, con la dulzura de sus conse- jos, y esto sólo en la casa de sus hijos, respetando y compadeciendo la de sus vecinos enemigos? ¿Cuándo, donde la Iglesia amenaza ni se introduce pistola en mano como la masonería, ni con la punta del puñal exige el cum- plimiento de escandalosos y perversos juramentos hechos sobre el homicida acero? ¿Cuándo la Iglesia mata ni pide dinero porque un un hijo se le vaya ú otro venga? Se entristece ó se alegra, y en esta vida á eso se reduce todo

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