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Novela histórica 137 —Todos adoran á un Cristo impostor que se llamó á sí mismo Hijo de Dios, Mesías Divino Enviado: pero á quien nuestro respe- table Sanhedrin condenó á muerte justamente según la Ley de Moisés, El Mesías verdadero vendrá y nos salvará, dice Isaías. (1) Vendrá, sí, y aunque demore la venida, pero vendrá, y no tardará en venir. Nos lo dice otro Profeta, Habacuc (9). Entonces, todo valle humilde, todo judío será ensalzado, será henchido del fruto de la vid, del olivo y de la espiga, como nos lo promete Isaías; (3) y todo monte será humillado, todo cristiano só- berbio que nos desprecia. Entonces cada judío juzgará las nacio- nes (4) y dominará los pueblos, reinando perpetuamente Nuestro Señor, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. El más pobre ser: rico como ahora el más rico emperador. Así lo ha prometido Dios á nuestro padre Abraham, de quien ahora es representante y le- gitimo sucesor Rothschild, y á toda la descendencia de Abraham. Entonces el león dejará su fiereza y comerá paja como manso buey, la oveja no temerá del lobo, todos podrán habitar confiada- mente en la misma casa como si fuesen de un mismo instinto... los montes saltarán de gozo como cabritos hartos... los cielos se abri- rán... y el mundo todo será como una tierra prometida que pare- cerá manar ríos de leche y de miel por la abundancia y bienestar que traerá nuestro verdadero Moisés. (5) Y Bamberg enternecióse ante el recuerdo lleno de esperanzas de todas las profecias que se le venían en tropel á la mente, se levantó en pie, difigió su mirada al cielo, de la cabeza se quitó con toda reverencia el gorro, y queriendo juntar en su deseo el primer día con el último de las semanas de Daniel, exclamó fervo- rosísimo: Hágase, Señor, hágase así y pronto. ¡Oh Señor Dios de Israel! Y en esa actitud devota quedó un buen rato mirando al cielo con mucha presencia de Dios, vuelto hacia Jerusalén. Hacía mucho tiempo que Martina no le había oído disertar con (1) Isaías. c. XXXV, v. 4. Nosotros pondremos latinos los textos que él se citaba en hebreo. (2) Habacuc, c. II, y. 3. (3) Isaías, c. XL, y. 4. (4) Sapientia, ec. III, y. 8. (5) Isaías, c. XI, v. 6. y c. LXV, y. 25. Joel, c. II, y. 18. ae

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