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Hl 94 Equivocación... Me encuentro tan solo... Temo sucumbir, por muchas que ' sean las luces que Aquí beba mi razón. ¿ —Pero vuestro papá... ! No hablemos de mt papá. Es un misterio para mí. Yo nunca le he visto en una capilla nuestra, ni en una Iglesia católica, ni sé, ni creo haya ido jamás. ¿Por qué, pues, me impone á mí obliga- ciones que él mismo no cumple? Estoy solo; estoy solo. Cierto que él tampoco me las impone, pues, con ese modo indi- ca bien á las claras la libertad en que me deja, ó que no me urge 4 mucho. No entiendo á mi papá. Un día, con gran sorpresa mía, abrazó á Vindthorst en la calle. A Ese señor papista, representante vuestro en el Reichstag, consigió 0 una ruidosísima victoria contra nuestro gran Canciller Bismarck, : y contra todos nuestros diputados; pero no sé si era por religión ó por política; pues sé que también otros ilustres hombres de nues- tro rito felicitaron en esa ocasión al jefe de los papistas- elegidos en las últimas elecciones. -Prescindo de todo. Puedo aseguraros que no necesitaréis a yu- da de nadie. Si vuestra intención es recta, os basta Dios, y ese li- bro en el cual Dios ha de hablaros. — Dudo, padre mío, hasta de la rectitud de mi intención. Yo q no puedo apartar de mi frente que sise han de salvar muchos protestantes honrados y buenos, no hay razón para que me con- dene yo. —Pero yo puedo asegurarte que de todos esos muchos protes- tantes que te concedo han de salvarse, no se salvará ni uno como protestante, sino como hombre que no ha tenido medios de reco- nocer su error, y ha vivido y muerto en su buena fe y en la honra- dez y bondad verdadera de que habéis hecho alarde. El protes- tantismo es herejía y como todas las herejías anteriores está condenado sin más privilegios á su favor. Puedo también asegurarte que otros muchos se condenarán porque reconocieron la verdad y la impugnaron; ó no quisieron abrazarla después de conocida, por miramientos de intereses, de parentesco, de carne y sangre, de política, de relaciones, de amor , y propio, de orgullo, de soberbia, de vergúenza, de cobardía y de respetos humanos. Obrando expresamente contra el Evangelio que 1 : manda buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y ellos

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