BCCPAM000521-3-32000000000000

Novela histórica 87 Se me pierde la cabeza. No sé; no puedo atinar en el quid de todo lo sucedido. P. D. Irrita la gazmoñería con que esta Superiora rehusa todo el dinero que Orlando ha querido entregarle para que no le quite la enfermera de su gusto. Pero ¿de qué sirve esa renuncia cuando le han robado ya el corazón, la conciencia y el alma, habiéndole robado ya la religión? ¿Qué les negará cuando le pidan?» Martina se encerró para volver á leer la carta. Maldijo con toda su alma á Sor Francisca. Luego, sin que nadie la oyese, pero oyéndose á sí misma y para desahogar su rabia, dijo muy alto que mil infiernos merecía aquella hipócrita, y eran pocos para quemar tanta hipocresía. Que su hija tenía razón cuando le dijo que no conocía bien á las tales papistas, y que ella sabía muy bien á qué atenerse. Con la carta en la mano y llorando sin consuelo tanta desgra- cia, tanto engaño, tanta infamia, juró por todos los hombres emi- nentes de la reforma protestante, incluso Lutero, cuyo nombre llevaba, que aquella papísta detestable había de ser 'quema- da viva, ó recibir bien pronto su justo castigo. Abrió entonces, para llevar la carta al General, á su ma- rido, 4 Raquel; pero de repente se detuvo pensando que acaso se- ria mejor trazar ella su plan, y sin alborotar á nadie llevarlo á cabo. Siempre había tiempo para dar tan infausta y deshonrosa nue- va. Trató pues de sosegarse y ocultar la carta á todos. Cuando bien le pareció y aparentando completa serenidad fué al General y le dijo. —Hereford; he pensado una cosa. Está próxima la fecha de la coronación de $. M. nuestro Rey Guillermo de Prusia como Empe- rador de Alemania, pues todos los Reyes, Principes y grandes Du- ques independientes, vienen á reconocerle. No quiero que Orlando falte en palacio á tan gran fiesta, pues tú también has de ir, sea en Berlín, sea en Versalles. Schorch, como ya sabes, escribe contí- nuamente que Orlando está tan bien, y es muy natural que el mis- mo Dr. esté ya violento por volver al seno de su familia. He pen- sado, pues, ir yo misma á N... enterarme de su estado, y trasladarlo si se puede, á la mayor brevedad posible. Creo mereceré tu apro- bación ¿eh?

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz