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Por concisión no se débe entender la ma- yor Ó menor extensión de la obra, sino. la acertada calificación de los hechos, dando á cada uno la importancia que merece y no más, sin pasar por alto los de primer orden, ni detenerse á ponderar los insignificantes. Además de esto, la composición histórica debe ser de algún interés, es decir, no debe tener por objeto hechos insignificantes y vulgares, sino aquellos que merezcan ser trasmitidos 4 la posteridad. Por último, el escritor debe guardar la circunspección y el decoro con- veniente, sin descenderá pormenores ridículos -y estravagantes, en lo cual consiste la digni- dad que con justicia se exije en toda historia. Respecto del estilo, ya se deja compren- der que en una historia caben todos, y se pueden emplear todos los tonos, según lo exi- jan las circunstancias; en las arengas debe ser vehemente, guardando siempre la verosimili- tud posible en aquellas cuyo original no ha llegado hasta nosotros. En los cuadros y retratos de personajes históricos, las descripciones deben ser vivas y animadas y los rasgos enérgicos, de modo que cada cosa se pinte con sus propios co- lores. Viniendo á las dotes con que debe con- tar el que acomete la gran empresa de escri- bir una historia de alguna importancia, po- 10