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— 118— nes á D. Juan de Austria, al rey D. Sebastián y ála batalla de Lepanto. A su lado mere- cen ser puestas las de Fr. Luís de León, titu- lada «Profecía del Tajo», y algunas de Quin- tana, Cienfuegos y Heredia. A esta especie de odas puede referirse el canto guerrero, los himnos patrióticos y demás composiciones de esta naturaleza. ODA FÍLOSÓFICA. Las odas filosóficas ó morales tienen por objeto las costumbres de la sociedad, los afec- tos Ó preocupaciones del corazón humano, la tranquilidad de la buena conciencia, el sosiego de una mediana fortuna y las virtu- des en todos sus ramos. Los mejores modelos que tenemos en este género son: La vida del campo y La noche serena de Fr. Luís de León, el Mediodía y La Aurora de Meléndez, las de Rioja á las flores, y otras muchas. ODA ANACREÓNTICA. La oda anacreóntica ó festiva tiene por objeto los honestos placeres de la vida, los juegos inocentes, los pasatiempos lícitos, el amor casto, y cuanto puede dar desahogo á un corazón puro y tranquilo. En Grecia so- bresalió en este género de odas Anacreonte,