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Oh sagrado mar de España, Famosa playa y serena, Teatro donde se han hecho Cien mil navales tragedias! Donde la palabra tragedia está tomada por asonante de serena, no siéndolo en rea- lidad. El poeta no debe abusar nunca de estas licencias, sino al contrario, servirse de ellas lo menos que pueda. Otro tanto se dice de las figuras de dicción, que consisten en qui- tar ó añadir una letra á cualquier palabra para ajustarla á la medida del verso; tales co- mo ruga por arruga; felice por feliz; despare- ció por desapareció; como dijo Herrera en este hermosísimo terceto. Esta triste ribera de afán llena, Que vió desparecer su blanca aurora Con mustio verso murmurando suena. Mucho más que esto debe evitarse el in- troducir en el verso un ripio ó palabra ociosa que no tenga más objeto que completar el número de sílabas ó formar la rima. Por último evítese que las consonantes de una estrofa sean asonantes de cualquier otro verso, porque destruye la armonía esa repetición contínua de un mismo sonido. Es- te defecto quita todo el mérito á la siguiente estrofa del P, Maestro Fr. Luís de León: