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[ 20 ] Y. Rma. como obra de Dios, vean las de la espe» ranza que nos consuela de ser felices bajo vuestra direccion y gobierno. SEGUNDA PARTE. Los gefes superiores y cabezas de las socieda= des cristianas son ministros de Dios. Los ministros de los Reyes no pueden ni deben obrar sino segun y conforme á las leyes y voluntad de sus Soberanos; asi pues estos en el gobierno y direccion de las por- ciones de hombres encargados á su cuidado deben estudiar por conformarse con los quereres y volun- tad de Dios, á quien sirven como ministros. Dios, dice S. Pablo, cuya sabiduría es su bondad, y cuya obra es su misericordia; ,, hace salir €l sol sobre los s» justos é injustos; extiende sus manos protectoras »»sobre su pueblo; llena á todo animal de bendi- » cion, y hace que sobre todas sus obras resplan- sdezca y brille la misericordia.” Es padre de todos, y aunque ofendido, jamas hace ostentacion de su justicia para castigar, sino cuando sordos los hom- bres á las dulces y eficaces voces con que les llama convidándoles con el perdon, provocan su pacien- cia y exacerban su furor con nueyos atentados. Co» mo una tierna madre ama á sus hijos, como un pas-