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[19 ] nos ha hecho á todos nuestro buen Dios? Debemos darle gracias infinitas, y estimar el mismo beneficio amando, respetando y obedeciendo á V. Rma. co- mo hijos á su padre, como súbditos á su prelado, como siervos á su señor. Pero para que nuestra alo= gría no se convierta en tristeza es preciso que al tiempo mismo en que yo expongo los motivos de nuestra satisfacción, confiese V. Rma. que su elec- cion es obra de Dios, á quien se debe el honor y la gloria, diciendo: Domini est asumptio nostra , et sancti Israel Regis nostrí. Y que como nosotros cór- responderemos cumpliendo las obligaciones de agra- decidos, asi corresponda V. Rma. á los designios de Dios, obrando como instrumento de las divinas mi- sericordias, y desempeñando los deberes en que le constituye su ministerio; pues todo es necesario, para que yo Os pueda repetir en verdad las pala- bras de mi tema: Glorictur frater humilis in exal- tatione sua. Me avergúenzo, Rmo. Padre, al haceros este recuerdo por la improporcion de mi persona, y por la ninguna necesidad de él en que creo á V. Rma.; pero el sitio que ocupo, y la edificante humil- dad con que me ois, me han persuadido no debo pasarle en silencio, para que los que han admira- do las causas de nuestra alegría en la eleccion de