BCCPAM000516-2-50000000000000

[12] riores, como los miembros del cuerpo humano al imperio de la voluntad. Desde que el hombre perdió por el pecado la justicia original (particular don de Dios; por el que estaba en órden y concierto la parte inferior y sen- sitiva con la superior y espiritual) se dieron á esta las facultades que la eran precisas y necesarias, no solo para dirigir y gobernar sus sentidos, sino tam- bien para reprimir y sujetar, aunque con fatiga , sus desordenados apetitos. Asi se lo dijo el mismo Dios á nuestro primer padre despues de su desgraciada caida por estas palabras: sub te erit apetitus tuus, sed tu. dominaveris illius: em castigo de haber tú obrado contra el precepto que te impuse , se han revelado contra tí tus apetitos; pero tú los domina- rás con las facultades que-yote-doy+ Esta facultad, autoridad ó poder que dió Dios al hombre, y que le era precisa y necesaria para el buen gobierno y direccion de sus operaciones, no menos lo es.en cualquier cuerpo político ó sociedad civil y religiosa para dirigir y conservar en buen órden á los hom- bres que la componen. Fuimos todos heridos y las- timados en nuestro orígen; y las gracias que recibi- mos para obrar con rectitud no nos quitaron ¿la li- bertad de practicar la injusticia, y hacernos unos á otros daños sin piedad.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz