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«o 6 — tas, sin satisfacer las deudas, sin dez clarar sus trampas, sin remediar sme injusticias, sin hacer sus testamentos y sin recibir debidamente aun en «y última enfermedad los santos Sa mentos. Y así finalmente mueren kk que sordos á las voces de los divinos. - auxilios no correspondieron á tan no. derosos llamamientos. ¡Oh, cuánto me. jor les fuera á estos infelices no haber nacido en este mundo, que haber así pecado contra Dios! y No tiene duda que todos debemos velar continuamente, esperando en to. das las vigilias 6 edades de nuestra vi= da la venida del Señor, pe Tespon- derle prontos cuando nos llame con la muerte á su ra, pero con má- yor especialidad deben así aguardarle os ancianos, porque su avanzada edad los tiene ya inmediatos al sepulcro.No: hay pecador más abominable para Dios. ue un anciano corrompido y olvidado de su muerte: no hay conversion más difícil que la suya, ni juicio más temi- ble y á que siga una condenacion u inevitable. Sus vicios capilales suelen - ser la obstinacion y la pereza: con ésta. nunca se resuelve á poner los medios 3

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