BCCPAM000501-5-41p5d000000000

a Morar con fruto nuestras culpas; ni menos hallar arbitrios para merecer Jos premios de una feliz eternidad. Es —hecesario obrar bien, dice Jesucristo “nuestro Dios, mientras nos dura el dia de la vida; porque en llegando la no- che de la muerte, ó del tiempo que á ella se le sigue, no tendremos faculta- des para hacerlo. Es la muerte un eco de la vida; y á la manera que éste vuel- ye á nuestros oidos la voz que pronun- cian nuestros labios, así nuestra muer- Ae habrá de ser ó buena, ó mala, con- forme lo hayan sido nuestras obras antes de ella. Es de fe, que la muerte dé los pecadores ha de ser no sólo ma- Jay sino pésima; expresándosenos en esto lo sumo de su infelicidad, que no puede llegar á ser peor. Así mueren los A stonéstos, los vengativos, los codi= -—ciosos,y los dentás pecadores que en. tiempo no se prepararon eon la en-. - mienda de sus vicios, y dejan para aquella última hora el mejorar de Cos- -—tumbres y el confesar sus pecados. Así mueren muchos grandes y nobles, mu- chos jueces y ministros en sus gravo- sos empleos, y muchos negociantes en -susilícitos comercios, sin ajustar cuen-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz