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== Ju yarecia uno de aquellos soberanos es- itus del cielo. Bien sabido es que esta admirable virtud no puede criatu- a humana alguna poseerla si no le es “dada de Dios; y que para conservarla lees necesario armarse con la peni- tencia, al modo que en el rosal lo está la rosa con las espinas. La virginidad Je fué comunicada y concedida á este -——Yaron angélico, como un dón precio- -—sisimo, por la Purísima Reina de las virgenes María Santísima nuestra Se- fora, en grado superior á todo humano conocimiento: y la conservó siempre fan intacta, que llegaron á persuadirse los que le trataban, as Dios por un especial privilegio le habia confirma- “do en ella, como á los Apóstoles en su gracia. Para más bien asegurar la po- -— sesion de este tesoro, que sabia por la fe llevaba en el vaso trágil del barro —quebradizo de su carne, usaba de todos los arbitrios que le dictaba la razon, y se valia de cuantos medios le sumi- ba, tomaba sangrientas disciplinas, y debilitaba sus fuerzas con varios géne- Tos de mortificacion y de penalidad: afligia su cuerpo con el trabajo, refre- ¡nistraba su fervoroso espíritu: ayuna-= ». "-. A AS