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A A a ct 24 ramales de cordeles gruesos, y nudosos, empés zaron a azotar 4 su Magestad con tanta fuerza, que á la violencia de los: golpes le levantaron muchos verdugones, y cardenales,hinchandos letodo el cuerpo proximo 2 rebentar la san. re por el cutis, Cansados estos, salieron otros > Verdugos con unos azotes de correas du: risimas, y golpeando con ellas aquel delicadisiz mo Cuerpo,rebentó la sangre por los cardenas Jes antecedentes de modo , que quedó bañado en ella todo el Cuerpo del Scñor,y atm salpica- dos con aquellos preciosisimos granates los vestidos de los Sayones. Ya estos no podian les yanrar los braZos por lo cansados, que estaban, y salieron de refresco otros doscon unas discis Pplinas de durisimos nervios de animales, y azo. | tando con ellos al Señor , ya no daban los gol: | pes en el cutis, porque todo estaba despédaza ' do, sino en la carne viva,y muchos pedazos de ellaarrancaban los azotes , y en la tierra caian, sicudo las llagas tan grandes, que se vieron por ellas los blanquisimos huesos, y la sangre avia a formado charcos en el suelo, pasando 4 tan- to la crueldad de aquellos miserables hombres, que no contentos con los azotes , que le avian | dado ¿su Magestad, pasarón 4 dárle otros mu- chos en cl venerable sacratisimo Rostro, en el pecho, vientre, y espinillas, dexandolo tan del todo herido, que parecia un ensangrentado le- | azc- proso: tal lo avian puesto cinco mil y quince Í