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- 35 mo, enviará sus arroyuelos atodas las regiones del globo, para que beban fos que abriguen buena vo- luntad y quieran salvarse. ¿Abrigamos esa buena voluntad? Corramos, pues, y lancémonos con santo anhelo [A esos benéficos arroyuelos, que en - sus aguas llevan la paz, y cuanto más formidables fueren los combates, que el enemigo de nuestro reposo y salvación nos obligue a sostener, sea otro tanto mayor nuestra resolución de no alejarnos jamás de esa inagotable Fuente. Vénganos la paz y vénganos por nuestra a nantísima Virgen Maria. Ave, gratía plena, exclamaremos con Sau Epifanio, quae sitien- tes perennis fontis dilcedine satias. ORACIÓN PARA ESTE DÍA ¡Oh deliciosísima. Fuente de Pazl ¡Oh siempre dulce Virgen María! bien sabéis que abrigamos buena. voluntad, aunque sean grandes nuestras debilidades. Guiadnos, Ma- dre querida, guiadnos hacia esa Fuente de Paz y dadnos a'beber de sus santificadoras aguas, para que nunca desmayemos en ¿os azares de la jornada ni jamás desfallezcamos en los ardores de la contienda. Sí, llevadnos hacia Vos, que sois la Fuerte sellada, y distri- buid esas aguas de salud y fortaleza entre todos: los. cristianos, pero singularmente en- tre los. que .os honramos y obsequiamos con