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== = DIA. CUARTO MEDITACION La VIRGEN MARÍA MADRE DE LA Paz PUNTO PRIMERO Esperanza y paciencia Con santo celo, almas piadosas, y con resolución enérgica concluía el grande Apóstol sus exhorta- ciones diciendo a sus amados fieles: Spes aútem non ' confundit; no hay confusión para el que' espe- ra; La esperanza, depositada en la: palabra del Altísi- mo,,no puede, quedar idefraudada, nos dejó escrito el Sabio, inspirado por el propio Altísimo: Scitote quia nullus spiravit in Domino, et confusus est. Cier- to que muchas veces tardá más de lo que muestra imbecilidad sufre'y'nos hace aguardar” inás dé 10 que nuestra impaciencia consiente; pero cierto tam bién que nunca falta a.su -debido tiempo, nunca:de- ja pasar la, hora, marcada en el reloj, de su- eterna bondad, ¿Han de, ser, acaso, la impaciencia e. im- becilidad de lOs hombres lá normia de condiícta del Siipremo-Hacedor? Esperen pacientertiénte, siguien do'“1a recontefidación “de >los “patriarcas, “de los profetas y de¡los santos todos, y.ne ; habrá. ocúrren= cia alguna, capaz de inducirlos. a la: turbación ni al desaliento. ¿No lo hicieron así' nlestros primeros padres, Adán y Eva por más de novecientos año ¿No procedieron de igual manera los venerables
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