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EJEMPLARIDAD DE VIDA Hay una visión en la vida de Beatriz cono– cida por la «visión de la lámpara». Dice así el Manuscrito de 1526: « Yendo una vez a maitines según lo acostumbraba, halló la lámpara del Santo Sacramento muerta; y, poniéndose en oración , vióla manifiestamente encender, no viendo quién la encendía, y tras esto oyó una voz, según ella después lo descubrió, que baja– mente le dijo: Tn Orden ha de ser como esto que has visto, que toda ha de ser deshecha por tu muerte. Mas como la Iglesia-de Dios fué per– seguida al principio, pero después floreció y fué muy ensalzada, así ella florecerá y será multi– plicada por todas las partes del mundo, tanto que en su tiempo no se edificará casa alguna de otra Orden, mas primero será muy perseguida de amigos y enemigos, y habrá en ella tanta tribulación , que muchas veces llegará a ser asolada». El tiempo se encargó de comprobar el vaticinio , pues pasado el fuerte vendaval de la persecución en que la Orden estuvo a punto de sucumbir, contaba ya ésta el año 1526, a los treinta y siete años de haber sido dada la Bula de Inocencio VIII , treinta y seis conventos con el de la Casa-Madre de Toledo. En el valimien– to humano dispensado a la naciente Orden Con– cepcionista, siempre irán asociados los nombres de la Terciaria l<'ranciscana, la Reina Isabel la Católica y del eximio Cardenal Cisneros, Arzo– bispo de Toledo. (Oración final , pá>! , 10) 32