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Dios fué muy humilde en sus acciones, desprc– •ciando su persona en actos exteriores; que era de vida heroica y que vivió treinta años en San Pedro, ejercitándose en toda virtud». Mien– tras con santo regocijo se desvivía en ordenar la nueva Forma de vida en Santa Fe y espe– raba con ansia la contestación del Papa a la solicitud de Isabel la Católica, una noticia ines– perada vino a herir lo más delicado de su cora– zón, pues «había perecido la nao donde venían los que traían la Bula, y ellos se habían esca– pado medio desnudos; de manera que la Bula -quedaba perdida en la mar. De esto recibió mucha tristeza, y con ansia de su corazón no hizo tres días sino llorar» (1). La naturaleza flaca pagaba su tributo al Creador, pero el ·espíritu resignado recibió un inmenso consuelo .a los tres días con el hallazgo prodigioso de la Bula, por la que veía colmados sus deseos. (Oración final , pág. 10) (1) Manuscr, de 1526. :26

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