BCCPAM000501-5-20p10d00000000
<lamente su rostro con un velo, que nadie se lo vió descubierto, fuera de la o.oncella que la asistía y la Reina Isabel la Católica, hija de la otra Isabel que había intentado darle cruel muerte. No sólo por el parentesco, sino princi– palmente pur la santidad extraordinaria de Beatriz, Isabel la Católica le babia cobrado un gran afecto y estima, y alcanzó en deferencia a su regia autoridad que Beatriz le de~cubriera su rostro. Y hay quien afirma que, arrepentida la otra Isabel del crimen que intrntó cometer contra Beatriz, en cierta ocasión que las dos Isabeles la fueron a visitar, también le dispensó ese honor. Los Santos no conservan resenti– mientos. Vió también -milagrosamente su rostro el P . Juan de Tolosa, Superior del Convento Franciscano de Gn.adalajara, pues al morir se le apareció Beatriz y le dijo: « Yo vengo a cum– plir lo que prometí; mas vos id luego muy de prisa a Toledo, que mi casa y Orden están en detrimento y a punto de se deshacer todo» " (Ol'aeión nnal, pág. tO) 20
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz