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DÍA TERCERO (Oración preparatoria, pág. 7) Consideración. -Madre va.ticinéi.da .. Entona el Libro de la Sabiduría (1) un himno de alabanzas a la limpia generación de los hijos de Dios, cuando dice: ( ¡Oh cuán hermosa es la casta generación con resplan– dores de Virtud! Inmortal es su memoria de– lante de Dios y de los hombres). Alma generadora de hijos espirituales es la virgen Beatriz, y su descendencia lleva el sello afi– ligranado de Maria Inmaculada. Quiso el Señor que en la Iglesia hubiera una familia de almas escogidas que, en su misión celes– tial, loaran incesantemente a María en el misterio adorable de su Concepción a lo largo de los siglos, y los ojos de la misma Virgen se fijaron complacidos en la humildad de una candorosa joven que había consagra– do fl Dios su virginidad. Autores contempo– ráneos describen un espiritual idilio (que re– memora el de la Virgen en Nazaret) entre Be~triz y la voluntad de Dios. Un mensajero celestial le anuncia que había de ser una de las madres más afamadas del mundo. Ella, sin acertar a salir de su asombro, contesta: No podrá ser t>sto, porque tengo ofrecido mi. voto de virginidad. A lo cual responde el (tJ Sab. 4, t. 15

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