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DÍA PRIMERO Consideración.-Be8triz en los designios de /8 Divin8:Providenci8. El Señor, qtie desde la eternidad envolvió en un decreto amoroso de su Providencia a María para que no contrajera la mancha de la culpa original, dispuso también que una Virginal doncella que, por su noble linaje y excepcionales cualidades, reunía en sí cuanto de gloria puede ansiar el mundo, fuera la des– tinada para promover el culto y honor al pre– claro misterio de la Inmaculada cinco siglos antes de que fuera definido dogma de fe. Y, cuando todo le sonreía en su derredor y le brindaba un porvenir circundado de gloria y de comodidades en el Palacio Real, la Divina Providencia fué disponiendo de tal suerte los acontecimientos, que la inocente don– cella, que desde niña había tenido amor fer– viente a la Purísima Concepción, en vez de apasionarse por el ambiente lisonjero de la Corte, amara de corazón la hermosura de la virtud y se guardara de promesas femen· tidas y de honores ilusorios. Dama de Isabel de Portugal en la Corte Castellana, en el 8