BCCPAM000456-1-15p06d00000000

f - 7 •= . dencia, haciendo ver que no estaba justificada alarma., • ' - ' • Fíjese el que lea que si sólo ocho ó diez ca– sas reunían malas condiciones, el gobernador . colocó á las cien familias que ocupaban la << ba- rriada El Imparcz·al» en otras casas, y que tuvo que reunir el Ayuntamiento y aconsejar la cal– ma al pueblo, y al mismo tiempo, no habiendo sufrido desperfectos más que ocho ó diez casas, hace desalojar las suyas á la~ cien familias que ocupaban la «barriada' El Imparc1:al>. No diré si antes ó después de este hecho estaba más ó menos justificada la alarma del pueblo, pero sí indicaré que en todos hubo un vehementísimo deseo de que se hiciera luz en lo q~e aparecía bien obscuro, ó sea en la construcción de la barriada, y ésta, que fué la idea de todos, es la que orig-inó una carta dirigida al directo1· de La Epoca, como decano de los periódicos de Ma– drid, carta que no fué escrzºta por mí. Esta carta no la publicó La Epoca, y sí El País, que la en~abezó en su número de I 8 de Enero de I

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz