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os Ss del mar, en donde Dios esperaba que se reunieran los dos | pueblos, el perseguido y el perseguidor, para it al pri- mero y exterminar al segundo. . Yen verdad, 4cémo podia. sospecharel pueblo de toh que le iba 4 venir encima de improviso un pueblo , que ha- bia quedado envuelto en el mas acerbo llanto, por la muerte de todos los primogénitos de Egipto? Habian salido triun- fantes , compeliéndolos los mismos egipcios 4 que se fue- sen cuanto dntes, para que no cayese. sobre ellos otra pla- ga, mas terrible atin que la décima: habian:prestado, preci- samente en los tiltimos momentos, 4 los Israelitas cuan- to precioso tenian en vestidos, vasos:y alhajas: y carga- dos éstos con tantos y tan ricos despojos, salieron ufanos de la tierra del cautiverio, no pudiendo persuadirse que un pueblo, que tan graciosamente le habia dado cuanto te- nia, y que le habia compelido y empujado, para que se fuese cuanto antes de sus limites, lo habia de perseguir para concluir con él; Asf, queriendo con prudencia y pre- vision evitar el encuentro con enemigos ciertos , como eran los amalecitas y filisteos, se aparté, cuanto pudo, de sus ’ mites que le quedaban a frente por la mano’ izquierda, y vino & desu marcha, declinando 4 las montafias del lado derecho, sin sofiar siquiera, que Faraon Viniese detras. Pero: fué necesario poco tiempo, para que éste Se arre- pintiera de haber dejado salir al pueblo, de quien tantos | emolumentos sacaba. Tampoco fuénecesaria mucha politica, ee en masad una nacion, que se veia despojada por un pueblo que fuera su esclavo, y se retiraba como ‘se- hor. Armanse , pues:, todos los egipcios, y aprestando Fa- raon sus carros de guerra, emprenden todos la marcha, siguiendo las huellas de un pueblo, 4 quien creen iluso, y que, segun lo piensa Faraon, camina 4 ciegas, sin sa- ber 4 donde va. Y en efecto, pudieron confirmarse los egipcios en esta creencia, endndo, los vieron encaminar- se 4 encerrarse entre el golfo de Gerdpolis por el frente, y