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en _. Pues ast’, en debida proporcion, sucede 41a poesfa.:, se poetiza sobre mil objetos, decorandolos con mil galas, de elegante diccion, de pensamientos alegres y de conceptos floridos : pero. ninguna de esas poesias es comparable con la religiosa, pues en ella todo es verdad , todo grandioso, y por consiguiente, todo es sublime y. encantador. Voy a examinar ligeramente tres trozos de poesfa religiosa , para . _que se comprenda 4 primera vista, cudntas bellezas encierra en palabras sencillas, pero acomodadas 4 lo que el poeta intenta embellecer y ensalzar. Tres cosas muy conocidas de todos, son las que quiero recitar: el cdntico de Moisés ‘$0- bre las arenas del mar Eritreo, un trozo de un salmo de David, a otro del cantico de Abacub. *: . re ‘ s * { gil “Ga? lV. . _ Mois6s refiere ¢on n toda sencillez el gran portento, de ha- berse dividido Jas aguas del mar. Rojo al tacto de su vara: de haber pasado. 4 Ja otra orilla el pueblo. de Israel : de hha- ber entrado detrds de él Faraon con todo.su ejército, y de haber vuelto 4 tocar las aguas, cuando los egipcios estaban todos, caminando entre los dos muros, que formaban las aguas suspendidas 4 derecha 6 izquierda, quedando todos ellos sumergidos , y ahogados entre las olas del mar, que se ~ _unié entre borrascosos remolinos..Pero cumplido este gran portento , siendo testigo de él el pueblo escogido , Moisés entona un céntico de alabanzas al Sefior, y expresa por medio de ideas patéticas y sublimes cuanto acababa de su- ceder, empezando su narracion poética con estas palabras : Cantemos al Seftor, que ha sido ensalzado con maguificen- cia y gloria, arrojando al profundo del mar i caballo y al cabalgador (A). Al momento empiezan las figuras sublimes : Moisés re- presenta 4 Dios como al varon fuerte, rodeado de todos sus ' t (4) Exod. cap. XV. v. 4.