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VELADA III. LA POESIA SAGRADA. SosreMANERA agrad6é 4 los concurrentes la descripcion minuciosa , que, en la anterior reunion, hizo el orador dela gran batalla entre la Virgen y Lucifer: verdad es, que en ella la imaginacion habia decorado con colores muy vVivos una escena , que no pertenecia 4 la série de las cosas visi- bles: dla cual, no obstante su naturaleza mistica, habia dado tal animacion , que apareci6 en la narracion, como si. pudiese palparse por los sentidos corporales. Este género de descripciones, como es sabido, agrada mucho 4 la mu- chedumbre, siempre aficionada 4 espectdculos grandes y 4 cosas maravillosas. Pero otro orador de gran imaginacion debia interesar 4 los oyentes , no ménos que aquel. Llega- da, pues, la hora de hablar en esta Velada, dijo asf : I. Sefiores, no puedo ménos de rendir desde este parage un homenage de admiracion al orador que, en la _prece- dente Velada, describidé en unabellisima alegorfa la entra- da de la Virgen Maria en este mundo, al cual venimos to- dos estigmatizados con el sello del pecado original, no habiendo sucedido lo mismo4 esta excelsa Sefiora. La dife- rencia es inmensa: cuando todo hijo de Adan viene 4 este mundo , Satands le pone supié en el cuello, y lo sujeta 4 su imperio, como que él es el padre de la mentira y el dueno de todo pecador: esta es laley, que domina sobre cuantos