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~ a, <= cristiana. En sus palabras vereis que el combate estaba anunciado desde muy atras, que la pelea fué fiera, y que concluy6 alcanzando la Virgen la mds sefialada victoria, sugetando con su pié la cabeza del Leviatan del averno. Lo que dice ese sabio antiguo, es lo mismo que canta hoy la Iglesia catdlica, lo mismo que han dicho los padres , y cele- brado cuantas generaciones ha habido, desde que la Virgen vino al mundo, hasta nuestros dias. La plania de la Vir- gen, dice Prudencio, oprime la cabeza del dspid infer- nal: vomita éste rios de ponzofia, no tocdndole a aquella ni una sola gota. Era esta la batalla que se habia de dar entre el dspid y el hombre (A). Mayor claridad que esta no puede darse en un poeta, para explicar el dogma de la Concepcion inmaculada de la Virgen. Estas: palabras de Prudencio son un monumento arqueolégico de lo que existia en su tiempo: dice que la planta virginal oprime la cabeza del dragon: es decir, que el poeta veia en los templos cristianos lo mismo que vemos nosotros: veia las pinturas y las imdgenes sagradas de la Virgen, como las vemos nosotros: esas pinturas , que representan 4 la Madre de Dios, hollando Ja cabeza de la serpiente, son la expresion sensible de la fe de los siglos, que nos han precedido. ’ Esto prueba, que el dogma sobre el privilegio de la Vir- gen, de no contraer el pecado original, es tan antiguo'en la Iglesia, como la misma Iglesia, como lo demuestran las lo- cuciones de los Padres, pues todos la Ilamaron pura é in- - maculada, y dun algunos la apellidaron cordera de Dios inmaculada, como para ponerla en parangon en materia de pureza con el Hijo de Dios, que es el cordero que quita los pecados del mundo, por ser santo é inmaculado por esencia. Lo que es el Hijo por esencia, era lo que los Santos Padres creian, que su Madre lo era por gracia. Pero no me perte- nece 4 m{ tratar largamente este asunto, cuando laIglesia lo (4) PrupENT. in Cathemer. Hymn. ante cib.