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a ace Ii. He ahi, sefiores, dijo el magnflocuo narrador, la his- toria de la batalla mas grande que ha habido entre dos adalides ; he ahfJa victoria de mayores resultados, que el mundo ha conocido , la victoria que la excelsa Virgen Ma- ria consiguié sobre la serpiente antigua, al venir al: mundo llena de gracia, y preservada del reato universal, con que Satands habia inficionado 4 todo el linaje humano. Creiaese dragon, que tambien habia de hincar sudiente venenoso en el calcafiar de esa Virgén: se preparé 4 hacerlo; pero cuando se enroscé para saltar sobre ella con todo su furor, ella levant6é su pié virginal , y estrellé su cabeza. No tengo para’qué decir, cudn sublime es la significacion de esa corona de estrellas, con que la Virgen viene corona- da, tan pronto como aparece en el mundo: pero hay en esa corona una poesia tan sublime , que me impele 4 decir con un doctor sapientisimo (1), que cada una de ellas es el sello de la carrera mortal, que Marfa habia de .hacer entre Jos hombres. La primera sefiala los resp andores de la Virgen al ser concebida: la segunda, la salutacion del Angel: la tercera, la venida sobre ella del Espfritu Santo: la cuarta, la generacion inefable en sus entrafias del Verbo eterno: la quinta, el haber sido la Virgen, la que leyanté la bande- rade la virginidad: la sexta, el haber sido fecundada sin corrupcion: la sétima, el haber sido madre, sin sentir el peso de su gravidez: la octava, el haber dado 4 luz, sin - dolor : la nona, es lamansedumbre de su pudor: la décima, es la devocion de su humildad: la undécima , la grandeza de su fe; y la duodécima, el martirio de su corazon. Estas son las estrellas que adornan la noble frente de Maria, si por tanto podemos decir que la adornan, siendo mas cier- to, que esla misma Virgen quien las adorna dellas, dando- las nuevos resplandores. (i) S, Bern. in serm. de 12, Stell.