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soi SB pat tar , por ejemplo, al anciano de dias que vid Daniel , cuya cabellera era blanca como la nieve, cuyo vestido era tam- bien blanco como la lana de los corderillos, y cuyo asiento esté rodeado de llamas de fuego, significando en eso la majestad y la eternidad de Dios? Esa imégen es muy digna de Dios, pues El mismo la delined en la mente del pro- feta(1). ~ Vinieron entre tanto los tiempos decretados por el cie- lo, y enténces el Verbo Eterno tomé nuestra naturaleza humana, sin dejar de ser Dios.’,Sera idolatria esculpir su imagen, pintarla, colocarla en altares, y rendirla culto? 4Conque, por decirlo asi, Dios se esculpid 4 si mismo, dandose en nuestra naturaleza una imagen visible de su invisibilidad, y no podrémos los hombres reproducir en pinturas y esculturas esa misma imagen, para elevarnos por medio de su-vista 4 Ja contemplacion del que es el mds hermoso de los hijos de los hombres, y en cuyos labios esta derramada la gracia (2)? , Volvemos, pues, 4 decir que Dios no prohibid 4 los he- breos, ni prohibe 4 los hombres, lo que dicen los protes- tantes. Imagen de la majestad de Dios era el propiciatorio con el arca y losserafines, y sin embargo, los judfos no adoraban los objetos materiales, cual era el arca,y las esculturas serdficas, no obstante que se postraban hasta el suelo en su presencia; adoraban, s{, lo que representaban, adoraban 4 Dios, 4cuya contemplacion los conducia la imé- gen inanimada de su gloria increada y de su majestad infi- nita. Niménos les estaba prohibida toda fundicion de objetos, que representasen la omnipotencia de Dios, pues enténces el primer idolatra habria sido Moisés, que fundid la ser- piente de metal y la puso en una cruz, mandando al pue- . blo de érden de Dios, que todo el que se viese mordido por las serpientes , cuyo veneno era un fuego’ que llevaba en (1) Dani. cap, VIL. y. 9. (2) Ps. XLIV. v, 3.

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