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gia = cuales se fortifican unos 4 otros , para oponer una resisten- cia herdica 4 los atentados tirdnicos de un poder, que se em- pefia en destruir la Iglesia catdlica por medio de decretos inicuos contra su independencia y contra su ensefianza. Esta resistencia santa es tambien una guerra santa ; pues la guerra esta compuesta de dos actos, del de agrekion y del de defensa. La tiranfa del poder luterano ataca la inde- pendencia del catolicismo , y los hijos de la Iglesia recha- zan esos ataques, defendiéndose en el terreno de la legali- dad , con solo unirse todos entre sf, y decir al tirano, que no admiten el derecho que él alega para entrometerse en cosas sagradas, y que lo rechazan, porque tienen un dere- cho imprescriptible para no obedecerle en nada de lo que mande contra Dios, contra la tinica religion verdadera y contra su conciencia. _ Todo catélico tiene este derecho; y por consiguiente, todos lo tienen para unirse mds y més con log lazos de la aso- ciacion , y para congregarse legftimamente , y arreglar las bases de una resistencia corporativa contra las invasiones inicuas de la impiedad. Y ese derecho no es exclusivo de los catélicos alemanes, 4 quienes nuestro Santfsimo Padre dirige sus palabras tan dulces y consoladoras, “como for- tificantes y animadoras para la guerra santa ae) la fe, sino de todo pueblo catélico , en cuyo seno se empeiie el racio- nalismo coronado atacar la religion de Jesucristo por me- dio de instituciones impfas. Todos los catdlicos de esa nacion estan asistidos del de- recho de unirse entre si, para reclamar contra esa impie- dad, y contra esas blasfemias horribles, que se pronuncian contra Cristo, contra la religion y contra la Iglesia por los mismos que llevan las riendas del gobierno. Todos deben protestar undnimemente contra ese proceder ptiblico é in- calificable de cualquier gobierno, sea este cual fuere; pues ninguno tiene derecho 4 ultrajar la religion de sus subdi- | tos, 4 herir sus conciencias y 4 decir desde las curules gubernativas, que, por ejemplo , no habra felicidad en la