BCCPAM000445-4-32000000000000

a oe de su padre, lo besé con reverencia, y, entrecortada su voz con suspiros y sollozos, apénas pudo decir: Padre, padre, mi primo llega: Jacob se acerca, el hijo de tu hermana Rebeca viene & vivir con nosotros. Raquel no pudo continuar : un torrente de alegria, mezclado con otro de lagrimas , oprimié su corazon y anud6 su lengua. Bsta escena tan tierna y encantadora, pasé en los llanos de Mesopotamia. Despues ocurrieron otras, en las cuales alteraaban dos corazones que en nada se parecian, el no- ~ ble, el generoso, el tierno y amante corazon de Jacob, y elduro, avaro, desleal, solapado 6 inflexible de Laban, siendo victiink de la ternurk del primero y de la superche- ria del segundo la hermosa y amante Raquel. Abundaron las palabras suaves, pero intencionadas, por parte del pri- mero, y no salieron de los labios del segundo sino contes- taciones sinceras y francas: de aquel partieron contratos onerosos, fraudulentos y rateros; en éste no se vieron sino obras buenas , cardécter manso, dulzuray afabilidad. Hres demi propia sangre, dijo aquel 4 éste: pero, no porque seas mi hermano , me has de servir sin que ganes tu sala- rio. Dime: qué es lo que quieres, para ddrtelo.—Te serviré siete anos, contesté Jacob, para que me des por esposa a Raquel.— Convenido , costesté Laban. Y era tan grande el amor que Jacob la tenia, que el servir por ella siete anos, le parecia un servicio de pocos dias (1). Pero Laban lo engaiié, pues cumplidog los siete atios, abus6 de la sencillez de aquel jéven de corazon manso y recto: y prevaliéndose de la costumbre de los orientales, eutre quienes la esposa era llevada al lecho nupcial entra- da la noche, y sin que hubiese luz en el aposento, para que durmiera con su esposo, en vez de conducir al télamo nup- cial 4 Raquel, llevé 4su hermana mayor: : y fué tan senci- lio y candoroso el santo jéven , que durmié con Lia en vez de dormir con Raquel, no conociendo el engaiio hasta el (1) Gen. cap, XXIX, v. 20.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz