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— 357 — ménos derecho tiene el Estado para poseerlos; porque el Estado no es mas que una union corporativa de provincias, ciudades y aldeas unidas por un vinculo moral, que perte- nece al érden polftico , el cual es el menor de todos los la- z0S corporativos, ora por su é6rden cronoldgico, ora por la naturaleza metafisica “ esa misma union, ora por su objeto. — x »Apoyado el Estado en esa sieving heretical , se ha apo- derado de los bienes de la Iglesia y los ha vendido. Y ycémo los ha vendido? Como los salteadores venden lo que han adquirido por la violencia, 4 precio {nfimo, daéndose por uno lo que valia mil: dgndolo por precio ficticio, no para bien del Estado, sino para provecho yutilidad personal de amigos , de agentes de revolucion, de revolucionarios, y hasta para enriquecer 4 personas sin honor, de las cuales decia un profeta, que tienen la frente de cobre, por no Tur borizarse de su deshonra (1). »4Sabeis cual es el nombre, que cuadrag los que 8¢ enri- quecen con los bienes que han sido de la Iglesia, y por con- siguiente de Cristo, habiéndolos comprado” de mala fe, y _ por los medios qtte os he indicado? Pues esos hombres per- tenecen al gremio de aquellos, que los. antiguos romanos designaban con el calificativo de homo trium literarum: el hombre de tres letras. Estas tres letras son fur: en la bella lengua espafiola esas tres letras se duplican, y signi- fican lo mismo. Pero pregunto yo 4de dénde ha venido esa doctrina subversora, que dice que los bienes de la Iglesia son del Estado? 4 De dénde la otra, de que la Iglesia, por ser un cuerpo moral , no puede poseer bienes temporales? Si los bienes de la Iglesia son del Estado , porque aquella es un cuerpo moral, hay que decir que todos los bienes de todos los hombres que forman una compaiifa de comercio, son del Estado, pues la reunion de muchos para conseguir un fin , forma siempre un cuerpo moral , dun dado caso que sea puramente mercantil , puesto que se ngae sus individuos (4) | Jerem. cap. IIL. v.'3: