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es una prima del robusto viajero; era la primera persona cara 4 su corazon, que se le presentaba despues de un viaje tan dilatado, cual es, el que hay que hacer, desde las montafias de la Palestina, hasta los valles de la Mesopotamia. Llegé el rebaiio y tras de él su hermosa zagala, y joh fuerza y nobleza la del amor santo! Apénas vid el jéven 4 ja casta doncella , reconocié en su noble frente, en sus ojos grandes y rasgados , en sus mejillas sonrosadas y en su ru- bia cabellera, el tipo de su propia madre; y sin detenerse un instante, arroja su baculo, y cogiendo entre sus herct- leos brazos la piedra del pozo, la levanta él solo, y saca cuanta agua necesitan las ovejas de la recien llegada. Y cumplida esta obra inspirada por el amor, se acerca 4 la pastorcita y la da un éseulo santo, diciéndola: Oh! Raquel, mi amada Raquel, yo soy tu primo, yo soy Jacob, el hijo de Rebeca , hermana de tu padre Laban: y estre- chandola en sus brazos, al decirla estas palabras., el gozo de su corazon broté por sus ojos , llorando de alegrfa y ba- nando con sus lagrimas las trenzas doradas de Raquel, que pendian sobre su cuello, blanco como la nieve. No tardé mucho en saberse en Haran, lo que habia ocur- rido entre los pastores de sus cercanfas. Apénas habia cum- plido Jacob con las exigencias del amor santo, continud llenando los deberes de la caridad fraternal, ayudando 4 los pastores y haciendo con sus rebaiios , lo mismo que ha- bia hecho con los de sa tio Laban. Cébrese de nuevo el pozo, y los rebafios empiezan 4 marchar por cerros y va- lles, pastando alegres y contentos entre yerbas y flores. Losojos de Jacob miran con avidez por todas partes, con- tando uno por uno los pastores y las zagalas; pero en vano vuelve y revuelve sus pupilas , pues aquella. que |le parecié hermosa como una aurora, cual si fuera un dngel, habia desaparecido de la vista de todos. g Y Raquel ? dice, gdén- de esté Raquel? Mas Raquel se habia deslizado de la compa- fifa de los pastores , y con un andar ligero como el de la gacela, habia corrido 4 casa, y arrojdindose en los brazos