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er Pipe aa onc aaa ‘2 : Hi —— Ge pueblos? No son ilustrados sino igaorantes, ni mucho mé- nos, civilizados, pues han tenido que organizar ejércitos y multiplicar hombres armados por todas partes, para su- jetar por la fuerza 4 los que han despreciado los documen- tos de la revelacion. Donde solo la fuerza sostiene el érden ptiblico., se comprende que no hay en los entendimientos convicciones provenientes de la enseiianza del cielo: y donde no hay convicciones de esta naturaleza, hay que de- cir que la inteligencia humana esta viciada, 6 que hay en ella una aton{fa perniciosa , pues no ejerce el alma su acti- — vidad en el cfrculo de lo bueno y to ime , sino en el de la iniquidad. ts a _ »Y qué quereis que hayaen una sabieded) oomhetaad el cimiento movedizo del olvido de Dios y dun de su Se precio, como vemos que sucede en estos tiempos, ‘en los cuales , los gobiernos se empejian en cortar toda influencia del ser divino en la vida social de los hombres? En socie- dades de esta especie no puede haber drden, ni paz, ni bienestar moral : reinaré en ellas, por el Sontratio , la con- fusion, la tiran(a , la opresion, la violencia, el desérden moral, y habra tinieblas y sombra de muerte , como os lo demostrard lo que os diré ahora, despues de tomar un mo- mento de descanso.» Ill. Unos cortos instantes de silencio fueron suficientes para que el venerable orador tomase aliento, y habria yofaltado 4 la discrecion, si no lo hubiese imitado, Al poco tomé la palabra de nuevo y dijo asf: «He hablado del menosprecio que estan haciendo los hombres que se encomian 4 sf mismos, dandose el altiso- nante , pero vacfo de sentido, dictado de ilustrados , del primer principio de la razon natural: ahora voy 4 deciros, que esos mismos hombres estan hollando el segundo axio- ma infalible de la sindéresis , que dice 4 cada uno de los in-