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Ee —{335 — ellos , que causa espanto, Yo he leido, poco tiempo ha, en un libro escrito en inglés, que sirve de texto para la geogra- fia histérica en.los colegios protestantes, las siguientes fra- _ Ses: «Espafia, pafs barharo, sin civilizacion , donde no se conocen, los caminos reales nilas vias férreas, ete.;» esto es- taba escrito por protestantes, Tambien he Jeido un articulo escrito en italiano y estampado por ciertoen 1846, poco mas 6 ménos, en un periddico de grandisima reputacion y que trata de civilizacion catdlica, y se decia en él lo siguiente: «En Espaiia son pocos los que saben leer y escribir: los que saben lo ultimo, llevan una pluma en el sombrero, y se llaman escribanos.» Ya veis, sehor, que no se pueden _inventar mayores necedades. «No me conteis 4 mf, contesté el desconocida, entre los extranjeros, pues ya veis que os llamo hermano: toda la tierra es patria para el cristiano, si encuentra allfla eruzy sus adoradores, y todos los hombres son prdéjimos; pero los que adoran 4 Cristo, son ademas sys hermanos. Confieso que es yerdad que los extranjeros en general pa- decen de cierta dolencia en lo que toca4 Espafia, y es la de la ignorancia; y lo. ‘peor es, que es en ellos incurable esa enfermedad, pues ni Saben niquieren saber sit verda- dera historia.» Mucho me animé esta respuesta, y cobrando brios, anad{ que tanto en Ja provincia que tenfamos 4 la vista como en las dems, habian desaparecido ciertas ideas ran- cias y algunas procupaciones antiguas, y que la giviliza- cion era tan perfecta, como pudiera serlo en cualquier parte. Nunca hubiera pronancigdo esta ltima frase, que fué como un relémpago subiténeo para mi interlocutor. Abrié éste sus ojos y me dirigid una mirada compasiya, y en se- guida empezo 4 hablar. «;Cémo! me dijo 4De qué ciyilizacion hablais, herma- no? gHablais de los adelantos en la materia, 6 de la civili- zacion moral, de la verdadera ilustracion del espfritu?

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