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Bis — 329— - adoracion del Ser divino? ; Ah! gQuién hubiera dicho. 4 Jaime el Conquistador y 4 San Fernando, que levantaron cada uno mil templos 4 la Virgen y 4 los Santos, que los hijos de aquellos que los ayudaban 4 fabricarlos, los habian de destruir ellos mismos? 4 Quién podia persuadirse, que.la religion levantaba monasterios y abadias para que, andando los tiempos, los convirtiesen enlonjas, en teatros, en caér- celes y en otras cosas peores, no los agarenos, no los he- rejes, sino los cristianos , los catélicos y los espafoles, que tanto se glorian deser los catdlicos porexcelencia? jAhb! no, no deseo mirar ésas grandezas, de cuyo seno se han. des- terrado las verdaderas grandezas.»> _ Gran impresion causaron en mi estas palabras , tan bien razonadasy tan fundadas en verdad: y puesto que no me atrevia 4 preguntarle quién era , me tomé la libertad , vista la bondad de su cardcter, de insinuarle que me habia sor- prendido en demasfa , el oirle aquella exclamacion que ex- hald al salir del drea del templo, diciéndole ademas elpen- samiento que me asalté entédnces. No se demud6 su venera- ble rostro, ni did el mds ligero signo de desagrado : Antes al contrario, con mirada apacible y con una suave sonrisa en sus labios, los abrié y me hablé de la manera que diré 4 continuacion. — aliz « No era motivo suficiente , siguidé diciendo el desconoci- do, para pensar que Pedro el ermitaho hubiese vuelto al mundo , el haberme oido exclamar , al salir de entre estas ruinas , Dios lo quiere. Todo cristiano debe decir esa frase, siempre que se encuentre afligido , véngale Ja péna del mis- mo Dios que le encarga algun negocio por medio de sus" mayores, 6 véngale de sus prdjimos, que lomortifican 6 lo persiguen. Yo estoy cumpliendo con el encargo que se me ha dado: he recorrido ya todos los santuarios de Espafia, para dar razon de’ los que existen y de los que han sido