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aaa : =— : Siatit donde morian el padre, la madre, 6 el pariente de todo jéven, que estuviese militando bajo la banderade uno de los prfncipes mds justos, que ha tenido este siglo. Exten- ded un poco més la vista , y tropezaréis con los escombros del gran santuario de la Estrella, habitacion, por cierto, de santos monjes que en tiempos anteriores habian escogi- do, para vivir en mayor soledad, este templo y edificio que est4 junto 4 nosotros. ‘Alld léjos teneis la soberbia iglesia de flanto. Maria la Real de Najera, levantada por el rey de Navarra D. Sancho Garcfa, sexto de este nombre, y junto della el insigne mo- nasterio , que se ha querido convertir en plaza de toros, y por no ser bastante para ese objeto, es hoy dia cdrcel para malhechores , y habitacion de algunos, que distan mucho de ser religiosos. Por fin, fijad vuestra atencion en Clavijo, junto al cual hay una gran ciudad , donde habia bastantes ' monasterios, hoy dia vaefos y arruinados: y entre ellos, uno de religiosas Carmelitas , que ayer fué cuartel , despues cdrcel, despues almacen de cosas de guerra, miéntras las pobres religiosas estan viviendo con estrechez y de prostan do en otra parte no lejana de alli.» - Estaba yo mirando con sorpresa creciente ah desconoci- do, pues por lo que le oia, empezaba 4 sospechar que aquel hombre no era eitranjero, como me lohabia figurado hacia poco, pues me referia tan minuciosamente la historia anti- gua y moderna de mi patria. Me vino. el deseo de decirle que por lo visto era riojano. Pero, yo veia en él un no sé qué, que me infundia un respeto profundo; parecfame que oscilaba en su frente venerable, como una rdfagade luz, que deslumbraba pero no ofuscaba , aunque sf imponia con sua- vidad. Ademds , tampoco me di tiempo para preguntarle, pues continud. diciendo: __«Cémo en vista de esto quereis, hermano,. que yo me deleite en mirar las grandezas materiales de este pais, cuan- do veo que han desaparecido las morales., las maravillas del arte inspiradas por la fe cristiana, y dedicadas al cultoy