BCCPAM000445-4-32000000000000
VELADA XVII. | i ‘BL explorador de los templos arruinados en Espaia. Como oisteis la otra noche, sefiores , dijo el orador en esta velada, al querer andar, me encontré como paralizado, tan pronto como vi, que fhe viniendo un hombre hicia el parage donde yo estaba. Siempre he creido, aiiadié el ya interesante orador , que en ocasiones semejantes; mas vale ser prudente y cuerdo que valiente: pues para ser lo pri- mero, no se necesita sino calma y serenidad de corazon, _ miéntras para lo segundo es preciso declinar algo 4 la te- meridad. Alguna opresion sentia en mi corazon, al pensar lo que podria ser aquel. ‘hombre; y débame aquel latidos mas fuertes y violentos , 4 medida que este se iba acercando, pues su traje solo , un poco desusado, era capaz deinspirar temor. Sin‘embargo , yo veia en 61 algo que me serenaba, y hasta. ‘me infundia amor hacia él : asf, me mantuve 4 pié firme en el mismo parage, mirando de hito en a ya se me acercaba. Era raro, como he dicho, su £086 de voutir: una ttini- ca con mangas anchas y algo prolongadas cubria‘su. cuer- po, cifiéndola una simple faja: cubria su cabeza un capuz, - que caia ligeramente sobre una frente ancha y despejada: gregiiescos sencillos que le llegaban 4 los tobillos, sanda- lias en los piés y bordonen la ‘mano, era todo el indumento | {
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz