BCCPAM000445-4-32000000000000

a gundo tres mil, y de tercero innumerables. Una de las pro- vincias que tenia mas edificios sagradosera- laamena ydeli- ciosa provincia de Rioja. En lo que llaman Rioja alta , muy cerca del parage por donde entra en ella el caudaloso Ebro, hay un pefiasco ancho y prominente, en cuyo remate for- m6 la naturaleza, 6 dirémos mejor, el Criador, una larga meseta cubierta de césped , y coronada con una como dia- dema de rocas, agudas unas, perforadas otras por la parte Nordeste. Este monte se llamade Tolofio. ~~ Allf, en tiempos no remotos, habia un edificio soberbio, que atin se divisa desde las llanuras baiiadas por el Ebro, y conjunto al mismo edificio un templo precioso dedicado 4 la Madre de Dios, cuya sagrada efigie llevaba el nombre de la Virgen de Tolofio. Una mano audaz y sacrilega, la de un caudillo de bandidos, arrimé la tea incendiaria 4 este mo- numento. de la piedad cristiana, en el aiio de 1836, y redujo a cenizas sus tejados, y sus dos pisos, viniendo todo ello 4 ; as{ como el templo, sin quedaren pie mds que las paredes. Allf habia estado yo mas de una vez siendo niiio, y despues de no pocos afios de ausencia, quise ver el para- ge de mis primeras emociones de amor hacia la viegen Marfa. _Subf, pues » un ‘dia. van ianmajiana, Arepande por uno de los muchos senderos que conducen dla meseta, los cua- les en otras épocas, eran tan frecuentados en ciertos dias, que parecian al observador una caravana de esas que for- man las hormigas, cuando en verano vany vienen, allegan- do provisiones para la estacion invernal. Pero estos sende- ros, que nadie frecuenta hace treinta y ocho afios, apénas se .conocen, causando anhelo y cansancio 4 quien trepa por ellos; mas yo los franqueé con denuedo , halléndome al poco enfrente de las ruinas. Un suspiro salido de lo més hondo del ahs exhalé mi corazon, como lo exhala el amante _carifioso que, despues de haber andado mucho para yer al objeto de sus ternuras, - oye inopinadamente de labios amigos que el ser 4.quien aA er