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‘ — 317 — dias de mi excursion de verano, precisamente cuando es- tando en mi pafs natal, me disponia 4 venir 4 esta capital 4 pasar el invierno. Pero dntes de emprender mi viaje, y aprovechandome del tiempo del otofio, que era muy suave y benigno , determiné hacer una especie de romeria 4 cier- to parage que algun tiempo fué sagrado , y todavia retiene ‘para mf esa misma cualidad. - Diré desde luego que, aunque se trate de montes, de pro- montorios y de peiiascos, tienen estos la propiedad de ins- pirar carifio 4 quien los vid estando en brazos de su madre: yo tengo ese carrito, y lo tengo 4 una hermosa prominen- cia , porque en mis tiernos afios vivi enfrente de ella: por- ‘ Giae’ en ella, cuando era nifio, canté himnos y alabanzas 4 la Virgen Madre de Dios, junto con mis padres y mis her- -manitos, lo que no’ se borra jamds del alma: porque los ecos sagrados que se oyen en el templo solitario inspirados por una madre,son los primeros trinos de ruisefior que uno oye, los arrullos mds suaves de las brisas, los aromas mas dulces que percibe el corazon, llevados 4 él por dsculo de una madre , cuando al darselo 4 su hijo, le dice que ame 4 Marfa como 4 su propia madre. Esos ecos of yo en aquel promontorio , y por eso le tengo carifio. Estoy viendo ya que deseais saber el nombre de ese pa- rage, y voy 4 decfroslo, como que es precisamente el tea- tro, donde tuvo lugar lo que os he prometido contar; pero &ntes , permitidme que haga alto, y recoja bien mis ideas en unos pemhing ~ quietud. GY Re La Vien de Toto, Bien sabi todos, ouiksehts el orador despues de unos instantes, que nuestra patria es el pais de los santuarios; quiz4s no hay una nacion que posea tantos monumentos ar- tisticos , pues tenemos setecientos de primer érden, de se-

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