BCCPAM000445-4-32000000000000

a ee perdonando el Padre celestial 4 su propio Hijo, sino entre- g4ndolo para salud del linage humano. Estos trazos ligeros, que hemos dado en el cuadro de la vida de los nobilfsimos ascendientes de la Virgen Maria, son una prueba de que Dios iba preparando, desde muchos siglos atrés, la obra mds portentosa.de su omnipotencia. Dificil es para un mundo frivolo descubrir grandeza de alma y elevacion de espfritu al través del traje tosco del pastor, que pasa su vida cuidando de sus rebanos. Sin embargo, al hablar san Ambrosio del patriarca Abrahan, no solo des- cubre en él al excelso Patriarca, sino al sabio consumado,. al filésofo eminente , diciendo de él, «que la filosoffa con todas sus aspiraciones, no pudo igualdrsele por sus gran- des virtudes y su mucho saber, siendo mucho mds lo que él hizo , que lo que ella fingié (1).» En mucho se ha tenido, - contintia el Santo Doctor, el dicho de los sabios de Grecia: Siguea Dios: p Abrahan les precedié en el dicho y en el hecho, pues siguid 4 Dios por todas partes. Resulta, por tanto, de lo que anne dicho, que la Virgen Maria prefigu- | rada en tan ilustres tipos como Sara y otras matronas céle- bres de la antigiiedad , es como el punto céntrico, al cual convergen los acontecimientos mds notables del mundo antiguo, y del cual parten todas las grandezas que habian _ de verse en Ja nueva edad de oro, que algun dia se habia de. iniciar en la tierra. He aqui lo que yo descubro , dijo el orador , en el estu- dio de las vidas de los Patvierdéi las grandezas futuras de Cristo y desu Madre, escondidas entre la sencillez de una vida pastoril, y al través de acontecimientos misteriosos que 'es sucedian. Plegue al cielo, que los hombres lean con- tinuamente los libros santos, con 4nimo de saber cudnto hizo Dios por ellos; pues allf es donde se aprende la ver- dadera filosofia, que hace al hombre sabio, al paso que le ensefia 4 conocer 4 Dios y amarlo. (1) Div, Ambros. de Abrah, Patr. lib. I, cap. 2.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz