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—.. ‘tante tengo con arregiar las mias 4 la ley de Dios, y de nues- tra santa madre la Iglesia: he hablado de esto, como por incidencia, y para decir, que tambien me ha gus- tado el viajar, y lo eo ha eonpeee en mi ultimo viaje de verano. Fut 4 dar una eaten hadadpon tiempo; y harto de tanto bullicio como hay en ciertos establecimientos bal- nearios, determiné pasar una temporada en un lugarcito de mi pats natal » Situado entre montaiias, en el cual, como es _ de suponer, reina todavia aquella sencillez antigua, unida A aquella noblezay sinceridad de modales y re, me tanto caracterizan al pueblo espaiiol. {Qué momentos tan encantadores tuvo mi. cbtamaait j Qué solaz encontraba mi alma, al contemplar la paz inalte- rable de que gozan los dichosos. habitantes de los campos! Los cerros mé parecian montoncitos de claveles:: los valles, jardines esmaltados de rosas; los corderillos, ampos de nieve; las zagalas que los custodiaban, doncellas de los tiempos de oro, cuando éstas andaban por todas partes en trenza y cabello sin temor 4 desenvoltura agena. Un pastor de almas , venerable por sus canas, y mas por sus virtudes, vivia en medio de su pueblo, como el padre en Ja familia, como el rey bueno entre sus vasallos , siendo para sus fie- les cuanto hay que ser, el padre, el amigo, el bienhechor, el defensor y protector de todos. . He llegado, pues ; al punto de union de lo que voy 4 ° decir, con lo que ya dije en la reunion anterior, pues es precisamente este anciano venerable, quien me encanté con sus palabras, haciénd: ver lo que es el protestantismo, y lo que son ios que nos lo traen 4 Bapatie ,6 tatrpdioen. el cisma en nuestra patria. -