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manas, pues ni merecen ser llamadas partos del hom- bre que discurre. Elerror es como los camaleones : segun el tiempo, la hora, las circunstancias y laluz, asf son sus colores. El mundo es siempre ¢el mismo: asi como la‘ verdad es constante y uniforme en todos tiempos, el error es va- riable y movedizo: la iniquidad se ha mentido wane 4 * misma. Concluimos, pues , dejando porr sentado, que es la ca- ridad la que proporciona al hombre la grandeza verdadera, pues esta virtud es una llama purfsima , que se eleva al cie- lo, uniendo. con Dios 4 quien la posee: y que se derrama sobre la tierra, haciendo bien 4 cuantos estan necesitados: y afirmamos, ademas , que esta grandeza es el patrimonio exclusivo de la religion catélica , cuyos hijos estén unidos por ‘la caridad 4 Jesucristo, 4 cuyo ejemplo no dudan dar la vida en defensa de la verdad y por sus hermanos. : tie Witenes 4 1148