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as, Be que Sara era una de las mugeres mds hermosas de su tiem- po: y ademas, que los acontecimientos extraordinarios y so- brenaturales que la acompaiiaron en estos viajes , prefigura- ban otros portentos mayores, cuya ejecucion reservaba el cielo para tiempos lejanos. En efecto , bajé Abrahan 4 Egipto huyendo del hambre que afligfa al pafs cananéo, y apénas vieron los egipcios 4 Sara, quedaron prendados de su hermosura, y al instante se apoderaron de ella y la llevaron al palacio de Faraon, para que fuese su muger (1). Algunos afios despues, pasé el Pa- triarca al reino de Gerara, y sucedié lo mismo con los cor- tesanos de Abimelec su rey : allf tambien quedaron atdni- tos de tanta hermosura, y cogiendo 4 Sara, se la presenta- - ron al monarca, como uno de los mds preciosos regalos que pudieran hacerle (2). Pero en ambas ocasiones se dejé sen-. tir la mano de Dios, quien castig6 4 aquellos reyes por su temeridad, y conservé 4 Sara sin mancilla-en medio de tantos peligros, no permitiendo que nadie la tocase. Y en todo eso, no es diffcil descubrir una significacion admira- ble: pues, andando los tiempos vendria al mundo la verda- dera Sara, la muger mds hermosa entre todas las mugeres, 4 quien declararia guerra cruel el rey del abismo, preten- diendo apoderarse de ella y contaminarla con la mancha del pecado original. Pero en vano se esforzaria el principe soberbio: porque, cuando él se leyantase 4 atacar 4 la ex- celsa muger, estaria ya levantado el brazo de Dios » para es- trellar al dragon y salvar 48u criatura mas amada de sus lazos. No es posible estudiar con atencion la vida de Sara, es- posa del gran Patriarca, sin asombrarsé de los lances pere- grinos que la suceden. Era un dia claro y sereno, cuando ~ ocurriéd. en casa de Abrahan una escena, la mds Sacantadines _ que puede sobrevenir 4 una muger, Vid aquel desde la puer- = (1) Gén.. cap. XIL v.45. (2) _Gén, cap. XX. Y¥. 2.